Permitidme, navegantes curiosos, que en este, hoy, micropost, comparta con vosotros un pequeño rincón que descubrí hace un tiempo y que es, ciertamente, sugerente y evocador.
Cruce de líneas: estatal y de mar
En el Ponto, o si preferís, en la Cólquida, sí, la misma donde los griegos situaban el vellocino de oro, se halla un puesto fronterizo de los de aduana y camiones. Nada anormal en principio. Pero si nos fijamos en las banderas perece que asistimos a un nuevo Lepanto. Por un lado la media luna otomana y por el otro la cruz de San Jorge y de los cruzados. Creo que no hay otro lugar en el mundo que evoque así las guerras de religión. Tal es así que los lazes y hamshenis que habitan estas maravillosas tierras viven a un lado o a otro en función de su fe. A lo que contestarán ellos con sorna: ya pero ¿cuántos griegos quedan en Trevisonda?
Paso entre la República autónoma de Ayaria (Georgia) y Turquía. Aquí comienza, geográficamente hablando, Anatolia.
Broma del destino, aquí occidente es mahometano y oriente cristiano.
Podemos apreciar como Turquía nos recibe con una de sus mezquitas.
Un poco más abajo las verdes montañas se lanzan al Mar Negro.